Sierra Leona

Entre marzo de 1991 y enero de 2002, Sierra Leona sufrió un conflicto armado entre el RUF (Frente Unido Revolucionario) y las Fuerzas Regulares que se saldó con decenas de miles de muertes entre la población civil. Las fuerzas rebeldes arrasaban hogares y pueblos. Miles de personas fueron sometidas a crueles amputaciones viendo cómo incendiaban sus casas y mataban a sus seres queridos. Todos los protagonistas del conflicto armado financiaron sus actividades con la explotación de las minas de diamantes.

Se estima que los campos de diamantes en el este del país se extienden por más de 7.770 kilómetros cuadrados. Además de los diamantes Sierra Leona cuenta con abundantes minerales como rutilo, bauxita, oro y mineral de hierro. Sin embargo y pese a ser un país extremadamente rico en recursos naturales, también es extremadamente pobre.

Un niño nacido en Sierra Leona tiene las probabilidades de vivir más bajas del mundo entero. Las creencias ancestrales, la ignorancia y la desidia de la sociedad, junto al desinterés político y la cruenta guerra civil, condujeron a este país del África Occidental a una realidad de extrema pobreza.

Sierra Leona presenta la tasa  de mortalidad materna (1.360/100.000) más alta del mundo. Menos de la mitad de los partos son asistidos por una persona especializada en Sierra Leona, contribuyendo a que miles de madres mueran desangradas a minutos de dar a luz, en su casa o de camino a un hospital.

Los bebés que pierden a sus madres en las primeras 6 semanas están en mayor riesgo de muerte. La falta de alimentación adecuada se debe a la pérdida de su madre o en la mayoría de los casos a la carencia nutritiva en la leche materna y la ausencia de una dieta variada en los años posteriores.

Sierra Leona posee una de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo. Se estima que durante el primer año de vida, mueren 114 niños cada mil nacimientos. A su vez, 174 de cada mil niños que nacen, no logran superar los 5 años.